Boca goleó a
Cerro Porteño 4-1 en Paraguay y clasificó a la semifinal de la Copa
Sudamericana. Los goles: doblete de Chávez, Calleri y Gigliotti. Así, se vendrá
el superclásico a nivel internacional.
Conseguir una
victoria como local y no recibir goles es la manera ideal de viajar para
disputar el partido de vuelta. Boca ganó 1-0 en la Bombonera, sin jugar bien, y
fue consciente de que anotar un gol en su visita a Paraguay sería lapidario
para Cerro. Y así fue, aunque pareció darle una vida más.
No hubo
especulaciones por el 1-0 en el global. Boca no salió a meterse atrás. Intentó
ser protagonista, presionar en el campo contrario y asfixiar la salida para
ejecutar ataques cortos y veloces. De movida, Chávez falló un mano a mano que,
inexplicablemente, envió a las gradas. Situación que está muy lejos de ilustrar
lo que fue la noche del potente zurdo xeneize. Con problemas de aire y calor,
el ex Banfield logró asistir a Calleri y marcar el 1-0 inicial. Cerro debía
anotar tres goles para clasificar. Los penales ya habían quedado en el olvido.
Los locales
avanzaron y comenzaron a ingresar en la desesperación del estadio. Güisa igualó
y de allí en adelante, Boca empezó a sembrar dudas. El carril izquierdo de
Colazo fue explotado en reiteradas ocasiones por Bonet y Sperdutti –de allí
provino el gol- y nunca contó con la colaboración del ahogado Chávez, que
parecía estar necesitando la modificación.
El parate
para ingerir agua fue un baldazo de energía para Boca. Se recuperaron y
retomaron el dominio. El 1-1 trajo dudas, acompañado por la euforia del público
local que empezó a empujar a la par de su equipo, que no manifestaba indicios
de claridad en zona ofensiva.
Hace tiempo
que el déficit de Boca venía siendo la efectividad. Elaboraba situaciones, pero
fallaba. Sin embargo, pareció redimirse todo junto en Paraguay. Salvo un
disparo de Meli en el final del partido con el resultado cerrado, Boca no
desperdició situaciones en el complemento. Aprovechó la precisión de Gago y
Fuenzalida, la velocidad de Chávez y la frescura de Gigliotti para concluir el
partido con una tranquilidad impensada. Todo el nerviosismo que afloró en el
primer tiempo por el empate de Cerro, se diluyó con el mano a mano concretado
del comandante Chávez.
4-1.
Impensado, pero contundente. Eso fue Boca en Paraguay: contundencia absoluta.
Generó siete situaciones y concretó cuatro. Algo que no le sucedía hacía
tiempo. Ahora, el próximo rival será River. Allí, los jugadores tendrán la
oportunidad inmejorable de enterrar el pasado agrio de dos años sin victorias
ni campeonatos. Ganarle al eterno contrincante sería una cuota de felicidad
inconmensurable para el hincha.
Vuelven a
enfrentarse los equipos más grandes del país por copa internacional. La última,
fue por la Libertadores 2004. Allí, Boca venció a River por penales. También en
semifinales, pero en una competición de mayor jerarquía. El 20 de noviembre,
Boca-River y, el 27, River-Boca, para decretar quién será el finalista de la
Copa Sudamericana 2014.
Por Matías Adami @matiadami2.
Por Matías Adami @matiadami2.
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