Desde las 21.30hs, Boca visitará a Lanús con el
arbitraje de Jorge Baliño. La derrota del jueves dejó secuelas físicas en
varios jugadores: Colazo, Meli, Gago, Díaz, Erbes y Chávez no serán de la
partida por lesiones o “molestias”.
El knock out lo dejó en la lona. El 0-1 del
Monumental fue un impacto demasiado fuerte como para quedar en pie. En estos
tres días posteriores, Boca debió salir en camilla del cuadrilátero,
recuperarse, y estar dispuesto a subir a un nuevo enfrentamiento –de menor
envergadura- para brindar una mejor imagen y, por sobre todas las cosas,
quedarse con los tres puntos. El asunto aquí es que el rival es Lanús. Equipo
con 33 unidades (a dos de Racing e igual que River) cuyo entrenador es una
gloria de Boca: Guillermo Barros Schelotto. Las suspicacias y habladurías
estarán a la orden del día, pero no hay chicanas que valgan en un momento tan
complejo como este. Es la necesidad de ganar, para cerrar el torneo con dos
victorias y predisponerse para la pretemporada de la mejor manera.
Eso de recuperarse en tres días parece
sumamente complejo. Diría que imposible. El vestuario xeneize post derrota
contra River estaba destruido. Había jugadores quebrados en llanto, muy
dolidos. ¿Reponerse en menos de tres días y salir a dar la cara en tan corto
tiempo? ¿Sabiendo que no hay revancha de eso, aunque todos digan que el fútbol
da revancha? Difícil.
Lo cierto es que Boca tendrá que jugar y
Arruabarrena dispondrá un once que, aunque no está confirmado, sería: Orión;
Marín, Forlín, Pérez, Insúa; Fuenzalida, Castellani, Cubas, Carrizo; Calleri y
Gigliotti.
El sábado de Gigliotti también ha sido
complicado. Las operetas dirigenciales para cargar la culpa a un solo jugador
por la eliminación han sido burdas. Ningún hincha genuino habría colocado un
pasacalle en la periferia de la institución para perjudicar así a un hombre del
plantel. Menos que menos, por una circunstancia del juego como haber fallado un
penal. Se habla de la posible salida del Puma del club, y parece ser que
algunos dirigentes buscan incomodarlo para que tome una determinación.
El clima en Boca no es bueno y, de alguna
forma, tiene lógica. Deberá salir al cuadrilátero a dar la cara, golpeado,
machucado y dolido, pero con la idea en mente de que los colores que
representan deben acostumbrarse a vencer, y no a ser vencidos. Por eso, la
premisa de hoy es fundamental: reponerse del knock out, cueste lo que cueste.
Por Matías Adami @matiadami2.
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