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25 noviembre 2014

All in

Así se dice cuando en Póker un jugador se juega todas las fichas en una mano, en base a las cartas que le tocaron y a la probabilidad de que el dealer dé vuelta las cartas que necesita para ganar. Es apostar todo lo que uno tiene a una jugada, a una sola cosa, a un único resultado. Eso fue lo que hizo el Muñeco Gallardo. ¿Arriesgado? Sí. ¿Equivocado? Sólo el destino lo sabe.

Únicamente dos titulares paró el DT frente a su inmediato perseguidor. Decidió salir a jugar una final con una reserva reforzada. Los pibes tuvieron que bancar la parada. No estuvieron lejos de la hazaña. Racing no fue más que River, pero tampoco menos. Se encontró con el gol y, a partir de allí, hizo lo que cualquiera haría en la fecha 17 quedando como único puntero: cuidó el resultado. Sabiendo que la juventud no era una amenaza insostenible, Cocca armó bien el fondo y aprovechó tener al hombre-del-momento Gustavo Bou, posiblemente el mejor delantero en el fútbol argentino para complicar en soledad a una defensa entera. El pibe surgido en la cantera millonaria es el típico punta incisivo, plagado de recursos para generar peligro en el área rival, sea definiendo con categoría así como con violentísimos remates. A su lado, chapeau para Diego Milito. Para evitar contiendas judiciales, citamos textualmente un twit del número uno, Juan Pablo Varsky: “El regreso de Milito a Racing se parece, por liderazgo, influencia y contribución, al de Enzo a River en 1994”. El ex Inter de Milán puede no anotarse en el marcador sin dejar de ser fundamental para su equipo, juntando marcas y dejando en libertad a sus compañeros, mostrando esa categoría que solamente distintos como él poseen. Por último, mención especial para un cinco que da que hablar: Ezequiel Videla es cosa seria. Dios quiera que D’onofrio y compañía ya lo estén gestionando para la próxima temporada.

Por el lado de la Banda, poco y nada. Un arranque auspicioso con dos llegadas claras en el primer cuarto de hora se fue diluyendo con el correr de los minutos. Pasado ese sacudón, el juego nunca se encontró, los pases imperfectos reinaron y los centros prácticamente nunca fueron bien tirados. La suerte no estuvo de nuestro lado, a tal punto que el gol de Racing llega de una triple carambola. Más que analizar a los que jugaron, más interesante es analizar las decisiones que se tomaron. La apuesta de Gallardo es clara: la prioridad es Boca y no está mal que así lo sea. Ahora bien, ¿era necesario no parar a más titulares en el banco? ¿El ingreso de Vangioni o Mercado para ajustar los centros no hubiesen esclarecido las llegadas al arco de Saja?

El técnico se la jugó. Los pibes hicieron lo que pudieron y hasta se puede pensar que estuvieron a un sólo gol de mantener la punta. La suerte no estuvo de nuestro lado. River, nuevamente, no se reencontró con su juego. Posiblemente se llega de la peor manera al partido más importante del año. Sin embargo, esto es fútbol, y así como tantas otras veces llegamos como favoritos y nos volvimos con las manos vacías en los superclásicos, quién te dice que el viernes los titulares de los diarios se quedan sin palabras para describir lo acertada que supo ser la decisión de Gallardo. 

Por Ignacio Alejandre @nachoalejandre.

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