Boca visitó el Nuevo Gasómetro con más dudas que certezas y
perdió 1-0 con San Lorenzo. Ángel Correa marcó el gol para el Ciclón y Claudio
Pérez malogró un penal en el último minuto. Con esta derrota, el Xeneize quedó
a cuatro puntos de Newell’s, el líder.
Sin Fernando Gago ni Juan Román Riquelme, el planteo
futbolístico de Boca estaba claro. Había que ceder el esférico a San Lorenzo e
intentar anular a sus veloces jugadores reduciendo espacios en defensa. A pesar
de la propuesta conservadora, los habilidosos ofensivos azulgranas lograron
crear huecos para reducir a Boca a un equipo sin tenencia ni triangulación.
San Lorenzo fue mucho más. El penal errado por Leandro
Romagnoli mermó el rendimiento del Ciclón y se notó en el desarrollo del
cotejo. La presión sofocante y el impedimento a los mediocampistas Xeneizes de
tener la pelota generaron ataques cortos y sencillos para el local. El sector
de Jesús Méndez, Cristian Erbes y Daniel Díaz fue explotado por Ignacio Piatti,
Walter Kannemann, Héctor Villalba o el jugador que se colocará por allí. Erbes
no hizo pie ante las embestidas de Piatti y para colmo, no contó con la ayuda
de Méndez para intentar sellar un puesto de mucho recambio en Boca. El “Cata”,
por su parte, estuvo inseguro durante todo el partido y perdió en cada reto individual con los jóvenes delanteros locales.
En el complemento y tras el gol de Correa, Boca se vio en la
obligación de ir en busca del resultado. Fue un baldazo de agua fría para
Carlos Bianchi. No había dudas de que el empate era el anhelo de los visitantes
y debió modificar la idea para ir por el gol. Poco de Juan Manuel Martínez y
las arremetidas individuales de Emmanuel Gigliotti, quien se generaba sus
propias situaciones por medio de disparos de media distancia.
Con insinuaciones y sin mucho juego, Boca empezó a
arrinconar a San Lorenzo que, a través de las modificaciones de Juan Antonio
Pizzi fue retrocediendo en el terreno de juego a tal punto que llegó a defender
con una línea de cinco. Gigliotti, el mejor de Boca en la actualidad, recuperó,
forcejeó y gestó la jugada que devino en el penal a Erbes. Sin Riquelme entre
los titulares, el responsable fue quien nunca había errado en su carrera:
Claudio Pérez. El “Chiqui” se tuvo confianza, pero Sebastián Torrico ahogó el
empate.
El gol en el final hubiera sido injusto. ¿Quién habla de
merecimientos en el fútbol contemporáneo? Pocos. Pero la primera mitad de San
Lorenzo mostró una idea de juego nítida y superior a la de Boca. Esa fue la
principal diferencia entre los equipos. Ante las bajas de Gago y Riquelme, Boca
se vio obligado a modificar el estilo de juego que insinúa pregonar Carlos Bianchi.
El “Plan A” incluye protagonismo, tenencia y gestación en base a la posesión. El
“Plan B”, por el contrario, manifiesta líneas retrasadas, protección del arco
propio y anulación de espacios en defensa.
Cuando las propuestas son claras y se presentan tan
contradictorias, el desconcierto triunfa y Boca finaliza jugando poco y nada.
Fue ampliamente superado por su rival y no presentó una idea correspondiente a
la posición que ocupa en la tabla.
Las chances de pelear siguen existiendo. ¿Por qué? El
contexto y los resultados adversos son los únicos que le permiten al conjunto Xeneize
soñar. Desde lo futbolístico, son contados los cotejos en los que demostró
categoría y jerarquía para estar entre los primeros puestos.
El conjunto del Virrey alcanzó los 24 puntos y quedó a
cuatro de Newell’s, que recibirá a San Lorenzo el próximo sábado. El objetivo
será obtener las nueve unidades restantes en condición de local e intentar
alcanzar alguna victoria como visitante. De los de arriba, a Boca le queda
Arsenal, en Sarandí.
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