Emociones, pierna fuerte, color, pasión, goles y palos dijeron presentes en un primer tiempo muy bueno. De entrada se notó lo que quería demostrar Central y que consiguió de a ratos: tapar en la salida a Diego Mateo y a los interiores rojinegros, causando que Nahuel Guzmán no pueda salir limpio en muchas ocasiones. Se equivocó mucho pero jamás resignó las formas.
El Canalla lograba arruinarle las asociaciones a Ñuls, nublándose a la hora de la elaboración. Antonio Medina y Federico Carrizo aportaron por las bandas despliegue, desequilibrio y comportarse como segundos laterales a la hora de marcar a Milton Casco y Marcos Cáceres.
A los 11 minutos de iniciado el espectáculo llegó la primera gran emoción: tiro libre, peinada de Lagos y aparición y definición en el segundo palo de de Alejandro Donatti. El triángulo Encina-Lagos-Carrizo, por el costado izquierdo, por momentos funcionó y complicó.
Enseguida, Mauro Vigliano no cobró un penal sobre Casco. Apenas consumada la protesta, excelente bola de Víctor Figueroa para Maximiliano Rodríguez, quien controló y, sin dejarla picar, definió para igualar las acciones luego de que la redonda pegase en el parante izquierdo. Un grito fenomenal.
El mejor momento del visitante fue tras el empate. Consiguió plantarse en terreno contrario y demostrar por qué es el último campeón y mejor elenco del fútbol argentino. Primero, Lucas Bernardi asistió a Pablo Pérez para su remate por encima y desviado por el portero local. Luego, el capitán, otra vez, descargó de primera hacia el pique al vacío de Casco, quien lanzó un centro hacia atrás e increíblemente la Lepra desperdició la chance de ponerse en ventaja. Dos acciones de un fenomenal Bernardi, cuyas resoluciones mostraron toda su calidad: clase, entendimiento del juego y jugar rápido y preciso.
La fortuna le jugó una mala pasada al equipo que no contó con sus hinchas en el Gigante. Tras una mala salida del Patón, un pase le rebota a Carlos Luna, luego de que éste se caiga, y la pelota le quedó a Hernán Encina, quien sólo tuvo que empujarla para poner el 2-1. Luego el cotejo se pinchó y sólo quedó tiempo para un zurdazo de Figueroa al poste derecho de Caranta.
Todas las características marcadas del primer tiempo se esfumaron durante en el complemento. La pelota y el campo fue siempre de la Lepra, que no supo ni cómo ni por dónde penetrar a la defensa muy poblada de Central.
Los bochazos de los zagueros leprosos continuaron. Por esa vía llegó una de las dos chances de gol, cuando Heinze levantó para el pique y el bombazo de Muñoz. Carrizo respondió con un remate muy alto. Todo era muy friccionado y parado. Costó durante los segundos 45 minutos que haya continuación en el juego. Las pelotas fueron escondidas en muchas ocasiones.
Maxi Rodríguez, al igual que sus compañeros, poco aportaron y cada avance visitante era sin creación ni imaginación. Sebastián Abreu pudo haber liquidado el clásico pero llegó sin fuerzas a la definición, ya a los 35´. Sólo un cabezazo de Pablo Pérez tras un tiro de esquina fue todo lo que inquietó la Lepra, que sufrió el desdoblamiento constante de Central.
Así fue que Newell´s cayó en la vuelta al clásico rosarino tras 4 años de ausencias. A pesar de que su escolta Arsenal también perdió, afrontará el final del certamen y el sueño del bicampeonato sabiendo que no le pudo descontar en el historial a su rival de toda la vida.
Por Lucas Abbruzzese @LucasAbbruzzese
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