Boca y San Lorenzo, dos de sus perseguidores, habían cedido puntos y era el momento para sacarles más diferencia en la cima de la tabla de posiciones. Arsenal lo había igualado, pero con la victoria, la Lepra sigue en soledad en la punta del campeonato y muy firme en las convicciones con su estilo. La Lepra tuvo su cuota de suerte en otras canchas.
El espectáculo arrancó con un River que insinuó que se iba a plantar en el Coloso con la tenencia de la pelota y en campo contrario. Sin embargo, los minutos fueron pasando y cada vez mejor jugó la Lepra durante los primeros 45 minutos, superando ampliamente a su rival desde la presión tras la pérdida y de ganar todas las divididas.
La gran superioridad, notada más aún por la pobre propuesta de los de la banda roja, se trasladó apenas en situaciones de gol. A los 5 minutos Figueroa contó con la más clara, cuya definición fue un débil zurdazo tras una imprecisa salida de Éder Balanta. Lo resbalosa que se presentó la cancha fue algo perjudicial para ambos equipos. Martín Tonso puedo haber abierto el marcador luego de que Vangioni se resbalase. Ya sobre el final, Lucas Bernardi se animó y remató alto. El volante interno fue una de las figuras, ya que asistió, presionó, clarificó y marcó el camino.
El gran asfixio de Newell´s sobre River se notó mejor reflejado porque en el Millo, cada vez que lograba saltear esa línea de presión, no llegaban los mediocampistas desde atrás y los tres hombres de arriba jamás decidieron bien ni fueron peligrosos. Leonardo Ponzio, silbado en cada intervención, lanzó varias veces desde el fondo y Giovanni Simeone decidió mal una contra. Manuel Lanzini, el supuesto conductor, estuvo escondido. Mientras, Ñuls jamás tuvo problemas para retroceder y buscar variantes para progresar.
En el complemento bajó el ritmo futbolístico, las oportunidades de marcar y el juego asociado. Todo, agravado por el corte de luz que afectó el partido durante casi 25 minutos. Tras la incidencia, la pelota fue manejada sin profundidad por la Lepra, que a los 12´ de reanudada las acciones, tras el ingreso de David Trezeguet, Víctor López cabeceó un tiro libre para anotar el único gol del partido. Ñuls contó con el factor fortuito porque el arquero riverplatense, Marcelo Barovero, se resbaló en pleno recorrido hacia el balón. La suerte del campeón.
Sólo quedó tiempo para la gran polémica de la noche, post alegría leprosa: mala salida desde el fondo, buena bola a Andrada y penal de Gabriel Heinze sobre él. Juan Pablo Pompei no sancionó nada y el festejo rosarino quedó manchado por una mala decisión arbitral.
Newell´s, que estrenó una hermosa casa por un nuevo aniversario de su nacimiento, ganó y ya piensa en el clásico de la próxima fecha contra Rosario Central, en el Gigante de Arroyito. El puntero continúa con su sueño de bicampeonato y con el deseo de triunfar ante el eterno rival, a quien enfrentará luego de 4 años. Un campeonato aparte.
Por Lucas Abbruzzese @LucasAbbruzzese
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