River manejó el partido pero la
falta de ideas y la ausencia de efectividad se ven evidenciadas en el
resultado. Ganó Boca 1-0 con gol de Emmanuel Gigliotti. Con este resultado, el
equipo Xeneize acumula 19 unidades y está a cuatro de Newell’s.
Lesiones, dudas, jugadores entre algodones e incertidumbre.
Algunos recuperados, otros siendo arriesgados a pesar de no estar al 100%. Con
estos imponderables, Bianchi planteó un equipo similar al partido contra
Quilmes, pero con una idea de juego distinta. Desde el primer minuto le cedió
la iniciativa al equipo de Ramón Díaz. River debía hacerse cargo del balón y
utilizar la posesión como una herramienta beneficiosa a la hora de llegar al
arco rival. Gran trabajo de Teo, siempre fuera del área, y algunos
atrevimientos de Andrada para desequilibrar. Boca, cuando decidía acelerar,
incomodaba a la endeble defensa local. Abría sus alas, proyectaba a Sánchez
Miño por izquierda y a Martínez por derecha, y tomaba mal parado a River cuando
fallaba en la salida. Tuvo las más claras, pero Barovero y la falta de puntería
de Gigliotti evitaron el gol.
La presión sofocante de los medios Millonarios y las
imprecisiones de los Xeneizes generaron la tenencia constante de River. Claro,
la comodidad no era tal puesto que a la hora de atacar no era claro y ante las
tibias aventuradas de los jugadores de Boca con leves intentos de recuperación,
complicaron la salida desde la última línea. Gago robó, abrió para Sánchez Miño
quien remató a las manos de Barovero. La pelota era de River; las situaciones
eran de Boca.
Hubo pocas sociedades de los volantes visitantes. Riquelme,
de escasas intervenciones, abrió para Martínez, quien se estacionó en el sector
derecho para limitar las expediciones de Vangioni por el carril izquierdo. En
el mano a mano, el “Burro” encaró, envió un centro bajo y el pie de Gigliotti
anticipó a la humanidad de Maidana. Barovero, sorprendido, no tuvo respuesta y
Boca, con poca tenencia, abrió el marcador.
De allí en adelante, la pelota fue monopolizada por River en
mayor proporción que en el momento en que el resultado estaba 0-0. El 1-0, en
vez de mejorar a Boca, lo empeoró. La espalda de Méndez fue la zona en la que
decidió desequilibrar River y, sin muchas ideas y con muchos centros, intentó
incomodar. Los minutos pasaron, la intensidad del partido fue disminuyendo y se
fueron al descanso con la ventaja.
En la segunda mitad, River salió decidido. Debió ir en busca
del empate y la abundancia de gente en ofensiva así lo demostraba. Orión, con
el correr de los minutos fue agigantando su figura. Un remate en el palo de
Martínez para Boca; otro de Ponzio y un cabezazo de Mora. Los postes y la
fortuna jugaron a favor de ambos equipos. El Millo, en la cabeza de Teo, tuvo
el empate pero Orión -la figura del partido- evitó la caída de su arco.
Así corrieron los minutos. River intentó, con mucha gente pero
sin ideas y Boca, conforme con el resultado, se defendió acumulando jugadores
en su propio campo. Un equipo necesitado y otro satisfecho, utilizando la
desesperación de su rival para su propio beneficio.
Boca fue efectivo y River no tuvo suerte. La propuesta ofensiva
fue del local y el Xeneize, según Carlos Bianchi, “jugó un partido de copa”.
Orión y Martínez fueron las figuras del conjunto visitante.
El arquero por utilizar los puños y demostrar una gran seguridad bajo los tres
palos; y Martínez, porque cada vez que tomaba el balón permitía imaginar una
situación de peligro. El “Burro” incomodó, generó la situación que devino en el
gol de la victoria y además, colaboró defensivamente siguiendo a Vangioni hasta
las últimas consecuencias.
El clásico fue para Boca. Se llevaron tres puntos importantísimos que lo catapultan al tercer puesto de la tabla de posiciones. No jugó bien ni mantuvo la idea de juego que propuso en los cotejos anteriores pero como dicen los protagonistas, “los clásicos se ganan”.
Por Matías Adami @matiadami2.
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