Por Gabriel Corso @GabrielCorso2
Un Independiente con mucha actitud de principio a fin se quedó una vez más con el clásico de Avellaneda, tras derrotar a Racing por 2 a 0. Miranda en el inicio y Santana en el final marcaron para los de Gallego, mientras que Villar vio la roja, en un equipo que nunca encontró respuestas.
La superioridad del Rojo desde la concentración se vio desde el comienzo. A los dos minutos, Fredes le robó la pelota a Camoranesi (ante el pedido de infracción de los visitantes), rebote en Ortiz y remate desde afuera del área de Miranda para el 1-0 y delirio local. Lejos de conformarse uno y reaccionar el otro, el local siguió apretando en todos los sectores de la cancha y constantemente le ganó las espaldas a los centrales, que nunca pudieron hacer pie. Racing sólo inquietó a los 23 minutos con un remate de Lluy que dio en el palo.
En el segundo tiempo, no se modificó la tendencia del partido. A diferencia de otros partidos, Independiente se mostró fuerte, dejó inquietudes de lado y defendió con argumentos el triunfo. Siempre fue fundamental la conducción del “Rolfi” Montenegro. Racing generaba algo de peligro sólo a través de Vietto, pero siempre se quedó apenas en aproximaciones.
A los 40, Villar, quien había ingresado pocos minutos antes, fue expulsado por Abal luego de una plancha contra el colombiano Vargas, la gran figura del clásico. Y el final fue el soñado: gran combinación entre Godoy, Montenegro y Caicedo, para que finalmente este último habilite a Santana para que ponga el 2-0 definitivo.
Merecido. Desahogo y fiesta en la parte roja de Avellaneda. Algo de alivio. Al menos hasta que juegue San Martín (SJ), salió de la zona de descenso. La Academia, estuvo muy lejos de parecerse al que derrotó a Argentinos, y muy cerca de parecerse al que cayó en Rafaela.
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