Boca perdió 1-0 contra River y quedó
eliminado de la Copa Sudamericana. El primer tiempo fue mejor, pero los locales
concretaron esos pequeños detalles que hacen la diferencia en los partidos de
este calibre.
En la semana se habló del 0-0. En base a
eso, se sacaron muchas conclusiones. Todas, buscando hipótesis a futuro,
creyendo que evitar el gol en contra como local podía dar la serie o, quizás,
ir de visitante y salir a buscar la tranquilidad. Y así como sin quererlo,
Rojas bajó a Meli dentro del área y Delfino pitó. Gigliotti, falló su segundo
penal consecutivo –había errado contra Tigre-. Después, el Puma tuvo dos
situaciones claras más. Pero Barovero y la falta de puntería se la negaron. Fue
un primer tiempo como hubiéramos esperado toda la serie. Activo, de ida y
vuelta, con espacios. Boca, arriesgando; River, avanzando en bloque e intentando
protagonizar el partido. Tras eso, subida de Vangioni usufructuando las
parcelas que dejó Boca por derecha. Paréntesis: Arruabarrena puso un 4-4-2 con
Meli por derecha. Por inercia, el ex Colón se introdujo en el circuito interno
CON el balón, y SIN él. Picnic para Vangioni. Cada subida fue una asociación con
Rojas que no llegó a mucho. Hasta el gol. Remate potente de Vangioni al corazón
del área y Pisculichi, así como un crack, la tomó de pleno, y pegada al césped,
la ubicó contra el poste derecho de Orion. ¿El falló? Erbes dejó cinco metros a
su espalda. Díaz y Forlín persiguieron a sus marcas y el punto del penal quedó
liberado. El Pichi estaba en la medialuna. Ese espacio, vaya detalle, terminó
siendo impactado por Pisculichi ante el inútil intento de Colazo por cerrarlo.
Más tarde, se evocó el nefasto partido de
la ida. Juego cortado, brusco. Desesperación. River jugó el partido que quiso
y, por ende, llevó a Boca a disputarlo así. Prácticamente no hubo
aproximaciones al arco de Barovero. El ingreso de Chávez fue inútil, y la falta
de gestación fue evidente. Teo lo dejó claro en el entretiempo, mientras
dialogaba con Ponzio: “Ya no está el que piensa”. Claro, Gago abandonó la
cancha por una distensión en el isquiotibial. Una serie que, para Boca, estuvo
malparida desde los primeros minutos de la ida con la lesión de Martinez.
River fue inteligente, capaz. Se vio
superado en el primer tiempo pero se fue venciendo 1-0. En la segunda mitad, Boca
fue inofensivo. Algunos intentos de Carrizo y Calleri, y las dificultades para
manejar la pelota de Meli cuando se aproxima al área. El impacto anímico fue
más fuerte. Malograr el penal fue el comienzo del final. El final, llegó cuando
Gigliotti falló el cabezazo, la última situación de Boca.
Después de una década plagada de
felicidades, Boca perdió y quedó afuera de la Copa Sudamericana. Un golpe que
será sumamente difícil de asimilar, pero los jugadores y el cuerpo técnico
tendrán una pretemporada larga para inculcar conceptos y pulirlos en lo que
será un 2015 con la necesidad imperiosa de campeonar.
2014 y 2015: dos años sin campeonatos.
Parece mucho para un equipo de la envergadura de la institución Boca Juniors.
Por Matías Adami @matiadami2.
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