Todas las entradas vendidas, el Mario Alberto Kempes repleto de gente, y no es para menos, ya que jugaban los dos equipos más grandes de Argentina. Por un lado River con un equipo titular pero sin su ídolo, Fernando Cavenaghi, suspendido tras la expulsión en Mar del Plata. Boca, con un mix entre titulares y suplentes y con la inclusión de dos pibes que dieron que hablar en la semana.
El primer tiempo le salió redondo a los dirigidos por Ramón Díaz. Una jugada dudosa por derecha que termino en dos laterales, no advertida por Abal, finalizó en el 1-0 para River, tras una corrida de Teófilo Gutierrez por derecha para dejar solo y abajo del arco a Manuel Lanzini.
Boca se vio golpeado tras el gol tempranero de River, que siguió atacando por las bandas con Vangioni y un picante Lanzini que estaba inspirado. A pocos minutos de finalizar el primer tiempo, otra jugada por derecha deja solo mano a mano a Menseguez que definió con mucha sangre fría para decretar el 2-0 a favor del “millonario”. Malas noticias para Bianchi que, finalizado los primeros 45, iba a ser expulsado por el árbitro luego de hablarle de la jugada del primer gol.
El segundo tiempo iba a cambiar, ya que Boca no se quedo cruzado de brazos y fue a buscar el descuento. Con el ingreso de “pichi” Erbes, busco hacerse de la pelota en la mitad de la cancha para crear juego y dejar a River esperando por un contraataque. Boca pudo empatarlo y hasta darlo vuelta, con jugadas como el cabezaso de Forlín que Barovero saca con la punta de los dedos. También estuvo el mano a mano que te atajo con la punta del pie izquierdo al joven Fragapane, lo que convirtió a “trapito” en una de las figuras de la cancha.
No paso mucho más en un partido que tuvo un primer tiempo todo de River, y un complemento con Boca yendo al ataque y River expectante. El primero de los superclásicos fue empate en un gol, el segundo quedó para los de la banda roja. ¿El tercero? Habrá que esperar hasta el próximo sábado cuando se vuelvan a ver las caras en Mendoza.
Por Rodrigo Canovi @RodriCanovi
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