Recaer sobre una personalidad específica en este andamiaje
irregular de Boca ¿es lo correcto? Bianchi debió modificar nombres en cada
línea y así y todo logró pelear el torneo hasta las últimas jornadas.
Ramón Díaz declaró que uno de los errores fundamentales que
tuvo en este campeonato fue no haber repetido un once inicial y brindarle
confianza. Ese mismo error es el que tuvo que llevar a cabo Carlos Bianchi,
pero por obligación. No poder reiterar once titulares como consecuencia de las
lesiones genera dudas, falta de adaptación al puesto y, por lo tanto, un
rendimiento inferior al esperado.
¿Las culpas deben recaer en el preparador físico: Juan
Manuel Alfano? Cuando son esguinces o luxaciones, queda exento. Pero la
cantidad de desgarros que sufrieron los jugadores desde su llegada superan ampliamente
la media del fútbol argentino. Es preocupante y a la vez extraño. Por otra
parte, hay que remarcar que el profe Alfano, en el viejo continente, alcanzó
una final de Champions League integrando el cuerpo técnico de Héctor Cúper, en
el Inter de Italia. Allí también recibió críticas por parte de la prensa puesto
que en la etapa final de la temporada, muchos jugadores empezaron a sufrir
lesiones que no le permitieron pelear con la plantilla completa hasta el final.
Como en Argentina, el DT lo apoyó.
Entonces, ¿el culpable es Bianchi? Él fue quien puso a
Alfano como su preparador físico. Confía en él y lo respaldará hasta las
últimas consecuencias. Pero, si lo aislamos de su relación con el PF, Carlos
Bianchi ha tenido que sortear incontables imponderables para continuar en la
pelea. Es por eso que el trabajo del Virrey debe ser más valorado. Porque a
pesar de todas las lesiones (paperas, esguinces, luxaciones, etc.), logró,
junto con sus jugadores, luchar el campeonato hasta la fecha 17.
Se podría decir que hizo lo que pudo, pero no le alcanzó. En
una institución como Boca, todo puede ser color de rosas si se pelea el
campeonato inmerecidamente pero, como sucedió en este caso, el cachetazo
derrumba el castillo de cartas y las críticas recaerán sobre el líder: Carlos
Bianchi. “El responsable soy yo”, manifestó. No hay dudas. Pero los motivos por
los cuales es el responsable están a la vista. Queda en cada uno verlos y
capitalizarlos; o hacer vista gorda y creer que Boca no ganó porque “no jugó
bien”, en vez de brindarle un enorme porcentaje de esas tres palabras, a las innumerables
lesiones que sufrió la plantilla.
No hay que abstraerlo. Él forma parte de este proyecto y es
la cabeza del grupo. Pero todo debe estar tomado hasta su medida justa. Bianchi
es responsable pero, ¿hasta qué punto?
Por Matías Adami @matiadami2.
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