Podría comenzar diciendo que Boca ganó 2-0, mencionando a
los goleadores, a la valla en cero por primera vez. Nada de eso sucederá. Voy a
romper con lo típico. Hoy, Fernando Gago dio una demostración de fútbol.
Sencillamente sublime. Manejó un equipo que venía golpeado, potenció a sus
compañeros, vio huecos donde no existían y se asoció como quiso con los nueve
títeres que lo acompañaron. Fue el director de la obra.
Boca ganó, es cierto. Fue sumamente superior a un frágil Racing
que no gestó ni defendió. Gigliotti debutó como titular con un gol, Sánchez
Miño concluyó una magnífica jugada colectiva, pero Gago se llevó todas las
cámaras. Siempre brinda un pase limpio, está bien ubicado, maneja ambos
perfiles, evita dividir el balón en cualquier sector del campo de juego y,
además, se desprende y se proyecta hasta quedar ubicado en zona de riesgo para
su rival.
Gago fue brillante. El fútbol argentino le queda chico. ¿Qué
hace acá? No se entiende. Maneja a la Selección Argentina y en los dos cotejos
en los que volvió a vestir la camiseta Xeneize, demostró una jerarquía
sobresaliente. En cuanto a lo físico, se mostró diez puntos. Realizó largas
corridas en busca de recuperar el balón cuando restaban pocos minutos para que
concluya el cotejo.
Basta de elogios para el “5”. Ahondando en el desarrollo del
partido, Boca dominó a Racing desde el primer minuto hasta el último. Lo
asfixió desde el inicio, no lo dejó jugar y manejó el balón a piacere de la
mano de Gago y Ledesma, de gran partido.
Individualmente, los jugadores Xeneizes
tuvieron un partido resplandeciente. Ganaron en todas las líneas, triunfaron en
las pelotas divididas y generaron más de diez situaciones de gol. Ese, tal vez,
es uno de los déficit que tuvo el equipo de Bianchi. No concretar mayor
cantidad de ocasiones.
El primer gol, no podría haber llegado de otra forma que de
los pies de Gago. Él inició la jugada y Sánchez Miño, luego de una gran intervención
de Martínez, la concluyó. Cabezazo, a contra piernas de Saja para abrir el
marcador.
En reiteradas ocasiones se ha observado una merma y un
retroceso posicional por parte del equipo que obtiene la ventaja, pero esta vez
no sucedió. El mediocampo dominó el balón, se hizo fuerte con él, y lo empleó
como una herramienta para conquistar el arco de Saja.
El campo de juego se mantuvo en buenas condiciones,
omitiendo esporádicas patinadas que, con el correr de los minutos, se
observaron con mayor frecuencia.
Las situaciones llegaban, y Boca no las concretaba. En el
inconsciente, tanto de los optimistas como los pesimistas, corría la
posibilidad del empate de Racing, que nada había hecho para merecerlo. Por eso,
a medida que las situaciones llegaban y eran desaprovechadas, la ansiedad y el
nerviosismo se hacían presentes.
Todos estos sentimientos concluyeron tras la aparición
goleadora de Gigliotti que tomó el segundo cabezazo y dejó sin chances a Saja. Así,
la alegría y la euforia dijeron presentes en la Bombonera y coronaron una
victoria sin atenuantes. De principio, a fin.
A pesar del buen rendimiento colectivo y de que el arco
finalizó en cero por primera vez en el campeonato, el saldo negativo surge de
las lesiones del Cata Díaz y de Emanuel Insúa, quienes debieron abandonar el
campo de juego. Por el experimentado zaguero, está prácticamente confirmado que
es un desgarro y que estará fuera de las canchas por las próximas tres semanas;
en cuanto al lateral izquierdo, se retiró con un dolor en la zona lumbar. En su
lugar, ingresó Nahuel Zárate, de excelente partido.
Boca volvió a ganar, y lo hizo bien. Acumula 12 unidades en
el campeonato e intentará, el próximo fin de semana, extender la racha del
triunfo y ponerse definitivamente la pilcha de candidato.
Síntesis:
Boca: Orión; Erbes, Ribair, Díaz, Insúa; Méndez, Gago,
Ledesma, Sánchez Miño; Martínez y Gigliotti.
Racing: Saja; Gómez, Saveljich, Migliónico, Cahais; Villar,
Pelletieri, Ibañez; De Paul; Vietto y Hauche.
Goles: 16PT
Sánchez Miño; 22ST Gigliotti.
Árbitro:
Sergio Pezzotta.
Estadio:
Alberto J. Armando
Por Matías Adami @matiadami2.
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