El exquisito mediocampista central regresó al país y selló
su vínculo con la institución que lo vio nacer. Tras arduas negociaciones entre
el Valencia y Boca, Daniel Angelici logró repatriar a un jugador de primer
nivel.
La conferencia de prensa estaba pactada para las 20hs. A
pesar de ello, se retrasó 15 minutos. La ansiedad estaba a flor de piel y el
hincha boquense quería ver la imagen tan esperada. Gago volverá a vestir la
camiseta número cinco.
Desde que las negociaciones comenzaron a tomar fuerzas, surgieron
dudas y entredichos. ¿Quién sería el encargado de dejar el equipo titular en
ese mediocampo plagado de jugadores técnicos? Por lo visto en la pretemporada,
Carlos Bianchi formaría con Ledesma, Ribair y Sánchez Miño. Por supuesto, la
llegada de un distinto modifica todos los planes. El “8” Xeneize, Pablo
Ledesma, surgido en el club, es del gusto del entrenador. Su nivel en los
amistosos de invierno volvió a ser el que se espera de él y pica en punta para
ser el titular. Por otra parte, Cristian Erbes no pudo comenzar los preparativos
a la par del plantel por lesión. Hace un tiempo que Gago no juega como “5”
natural y eso es lo que genera dudas. De todas formas, habrá que esperar la
decisión que tome el Virrey. En dos semanas, Boca comenzará el campeonato (la
primera fecha, para el Xeneize, fue postergada).
Ante esta disyuntiva, en la conferencia de prensa, Gago
respondió: “Esa decisión la va a tomar el entrenador. He jugado de doble cinco,
de cinco solo, más recostado sobre la derecha… Lo veré con el correr de la
semana”. Experiencia en la cancha y fuera de ella. La tiró a la tribuna.
Además, contó sus sensaciones de regresar a su antigua vida:
“Es algo muy lindo levantarme a la mañana y hacer el camino de hace seis años… Fue
el que hice durante 15 años de mi vida. Ahora, a poder disfrutar de esta nueva
etapa en Boca”, afirmó.
Volvió el “5”. Volvió Gago. Si obtiene continuidad e iguala
el nivel que acarrea en la Selección, estamos hablando de la mejor
incorporación de los últimos tiempos en Boca Juniors.
Por Matías Adami @matiadami2.
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